Necropsia

La palabra latina necropsia proviene del griego νεκρός nekrós 'cadáver' y -οψία -opsía 'vista', lo que literalmente quiere decir “ver lo muerto”. En otras palabras, es el examen ordenado, completo y sistemático de un cadáver mediante la disección de las cavidades corporales para obtener información anatómica sobre la causa, naturaleza y extensión de las lesiones macro- y microscópicas que sufrieron los órganos durante la vida el animal y, de esta forma, llegar a conocer la causa última de la muerte del mismo.

Este estudio lo lleva a cabo un veterinario especialista denominado patólogo que se encargará de anotar todos los hallazgos patológicos reales, los cuales tendrá que diferenciar de aquellas alteraciones que no lo son.

Estas lesiones patológicas tendrán que ser descritas de la forma más precisa y concreta posible en el protocolo de necropsia.